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No es emigración es invasión
(demasiado antiguo para responder)
Alberto
2018-08-01 15:16:58 UTC
Permalink
No es emigración es invasión
01/08/2018 Redaccion Destacados, Identidad

http://ramblalibre.com/2018/08/01/invasion/

Enrique de Diego.

El concepto que describe la situación migratoria en España es invasión,
en sus dos primeras acepciones: irrumpir, entrar por la fuerza; ocupar
anormal o irregularmente un lugar. Esta invasión, que nunca se ha parado
en las etapas de Mariano Rajoy con el PP, se ha acelerado en estos dos
meses letales del gobierno de Pedro Sánchez.

Esta invasión tiene como objetivo la sustitución y el exterminio de la
población autóctona española.

Tiene, respecto a todas las invasiones anteriores, dos características
peculiares: a) está propiciada y liderada por los gobernantes; b) está
financiada, a la fuerza, por las víctimas que son los contribuyentes.


Subsaharianos celebrando su violento asalto a la valle de Ceuta. /Foto:
lavanguardia.com.
Por supuesto, se trata de una invasión violenta, con asaltos cada vez
más agresivos de las vallas, con desembarcos cada vez más numerosos, lo
que sucede es que al ser una invasión tolerada y propiciada la violencia
manifiesta se ejerce cuando hay algún tipo de resistencia y se ejerce
también dentro del territorio nacional cuando los grupos étnicos y
religiosos invasores se sienten incomodados, como sucedió en Lavapiés
con el exacerbado vandalismo senegalés o como acontece por toda Europa
en los barrios llamados no go, en donde se actúa como zonas ya
conquistadas, sin ley, donde las fuerzas de orden público no patrullan o
son recibidas con hostilidad. Dos casos paradigmáticos son Mollenbeck en
Bruselas y Seine Saint-Denis en París.


Imagen de los graves disturbios en Lavapies. /Foto: elpais.com.
Los invasores actúan como fuerzas conquistadoras, violando –las
violaciones en Suecia se han incrementado el 1.600%, matando –aumentos
constantes de los homicidios, terrorismo islámico- y disfrutando de
beneficios sociales a costa de las víctimas, exentos de pagar impuestos
como en el top manta y teniendo para sus actuaciones violentas el
chantaje del racismo y la xenofobia, con el que desarma a las víctimas
para ser llevadas a su holocausto.

Los inmigrantes ilegales –marroquíes, argelinos y negros africanos de
diversas nacionalidades subsaharianas, todos bajo el elemento común del
islamismo- son la infantería; el Estado Mayor de la invasión está en
Moncloa con comandos específicos en las sedes de PSOE y Podemos, con una
red capilar de instituciones, servicios sociales, ONG, Agencia Española
de Cooperación Internacional como grupos de élite de la invasión.

Las Fuerzas destinadas por la sociedad a mantener la seguridad de las
fronteras y el orden público interior, Cuerpo Nacional de Policía y
Guardia Civil, han sido desactivadas y situadas en la posición de
participar en una farsa. Así, el Cuerpo Nacional de Policía entrega
órdenes de expulsión al tiempo que pone en la calle a los invasores, a
los que paga el billete de autobús para que se desperdiguen por España,
y la Guardia Civil tiene que escenificar su propia inoperancia,
desbordada en las vallas. Las familias de los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad están en peligro, pero las órdenes y protocolos son de desarme.



El Ejército está fuera de combate y desarmado, si bien unidades de la
Marina colaboran con el invasor, al igual que Salvamento Marítimo.

La izquierda es una fuerza mercenaria, cipaya, que actúa por dinero, con
sus estructuras partidarias instaladas en el Presupuesto, ante el
fracaso de sus ideas primigenias.


Ana Rosa Quintana. /Foto: lavanguardia.com.
El aparato de propaganda de la invasión son los medios de comunicación
del establishment. Las consignas han sido variadas y mutantes pero
siempre con el objetivo de favorecer la invasión:

Vienen a pagar nuestras pensiones
Van a resolver nuestro problema de natalidad (como dice Matteo Salvini:
“más bebés italianos y menos inmigrantes”)
Se trata de “refugiados”
Es una cuestión humanitaria.
El Mediterráneo es un cementerio.
La última estrategia propagandística es tratar de impedir la alarma de
las sociedades estableciendo, contra la evidencia, que el flujo
migratorio ha decrecido, lo cual es verdaderamente hipócrita en quienes
defienden una Europa sin fronteras y una inmigración ilegal irrestricta,
para los que lo bueno sería que el flujo se incrementara. Es notorio que
estamos ante un proceso invasivo acumulativo: las nuevas levas se añaden
a las anteriores y el flujo es constante. Como es preciso, con la mayor
rapidez posible, traer al mayor número, incluso se están repatriando,
con cargo al erario público, a los yihadistas y sus familias que
marcharon a Siria.




Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. /Foto: lavanguardia.com.
En todos los tiempos pretéritos, quien abría las puertas de la ciudad o
colaboraba con el enemigo era tenido por traidor y sobre él caía la pena
máxima. Esta invasión no es posible sin la alta traición del PSOE y
Podemos, que son traidores, y como tal deberán ser juzgados.

Lo que está sucediendo ahora es que al haberse cerrado a la invasión el
frente italiano, el flanco más débil ha pasado a ser España, por donde
se está produciendo la invasión.

No se trata, obviamente, de un proceso exclusivamente español, sino que
se pretende invadir toda Europa, y en algunas naciones, especialmente
infectadas de la socialdemocracia traidora como Suecia, ya se ha conseguido,


George Soros con el borracho Jean-Claude Juncker. /Foto: gettyimages.co.uk
El comando táctico de la invasión en España está en Moncloa, pero el
comando estratégico está en la Unión Europea, en la Comisión Europea con
el borracho Jean-Claude Juncker. El comandante en jefe es George Soros,
quien destina ingentes cantidades de dinero a comprar voluntades y
alimentar los aparatos de propaganda. El objetivo es acabar con la
civilización occidental judeo cristiana y acabar físicamente con la raza
autóctona.

La sumisión de Pedro Sánchez al plan invasor genocida fue escenificada
en la reunión secreta mantenida en La Moncloa con George Soros, de donde
salió la decisión de nombrar al frente de RTVE a personas de su estricta
obediencia, que no llegó a culminarse, y la conversión del territorio
español es un gran centro de concentración de invasores al servicio de
la gran Alemania de Ángela Merkel.


Ángela Merkel, financia a asesinos de alemanes. /Foto: elplural.com.
La evidencia de que se trata de una invasión es que todo el proceso no
tiene ninguna relación con el mercado de trabajo –España tiene una
elevada tasa de paro- ni relación alguna con el desarrollo de la
economía, salvo como lastre. Se trata de levas de personal sin
preparación alguna, quienes directamente se incorporan al mercado negro
de la venta ambulante –top manta-, al tráfico de drogas, al delito
–multiplicándose la población reclusa extranjera- y al parasitismo de
las ayudas sociales, hasta el punto de que hacia los invasores van
fondos que se retrae de la población autóctona a exterminar. La
población sudamericana, que ha pasado a estar también amenazada, sí
tiene una relación con el mercado de trabajo. Los invasores presentan
una gran cohesión interna pues se trata de musulmanes: en los albergues
alemanes, las minorías cristiana y yazidí siguen siendo perseguidas.


Alice Weidel. /Foto: ramblalibre.com.
Las sociedades europeas han generado focos de resistencia con partidos
identitarios cuya importancia ha ido creciendo; ellos son la esperanza
de cara a las elecciones de mayo de 2019; también la rebelión cívica de
las clases medias, pues la invasión precisa de ingentes cantidades de
dinero público sustraído a los contribuyentes situados en la posición de
víctimas.

Estamos ante una invasión, en el horizonte de una guerra muy cruenta,
que puede ser evitada si hay una reacción firme y decidida de las
poblaciones en un general rearme moral.
Linuxero
2018-08-01 23:12:47 UTC
Permalink
Está más que claro.


El 01/08/2018 a las 17:16, Alberto escribió:
No es emigración es invasión
01/08/2018 Redaccion Destacados, Identidad

http://ramblalibre.com/2018/08/01/invasion/

Enrique de Diego.

El concepto que describe la situación migratoria en España es invasión,
en sus dos primeras acepciones: irrumpir, entrar por la fuerza; ocupar
anormal o irregularmente un lugar. Esta invasión, que nunca se ha parado
en las etapas de Mariano Rajoy con el PP, se ha acelerado en estos dos
meses letales del gobierno de Pedro Sánchez.

Esta invasión tiene como objetivo la sustitución y el exterminio de la
población autóctona española.

Tiene, respecto a todas las invasiones anteriores, dos características
peculiares: a) está propiciada y liderada por los gobernantes; b) está
financiada, a la fuerza, por las víctimas que son los contribuyentes.


Subsaharianos celebrando su violento asalto a la valle de Ceuta. /Foto:
lavanguardia.com.
Por supuesto, se trata de una invasión violenta, con asaltos cada vez
más agresivos de las vallas, con desembarcos cada vez más numerosos, lo
que sucede es que al ser una invasión tolerada y propiciada la violencia
manifiesta se ejerce cuando hay algún tipo de resistencia y se ejerce
también dentro del territorio nacional cuando los grupos étnicos y
religiosos invasores se sienten incomodados, como sucedió en Lavapiés
con el exacerbado vandalismo senegalés o como acontece por toda Europa
en los barrios llamados no go, en donde se actúa como zonas ya
conquistadas, sin ley, donde las fuerzas de orden público no patrullan o
son recibidas con hostilidad. Dos casos paradigmáticos son Mollenbeck en
Bruselas y Seine Saint-Denis en París.


Imagen de los graves disturbios en Lavapies. /Foto: elpais.com.
Los invasores actúan como fuerzas conquistadoras, violando –las
violaciones en Suecia se han incrementado el 1.600%, matando –aumentos
constantes de los homicidios, terrorismo islámico- y disfrutando de
beneficios sociales a costa de las víctimas, exentos de pagar impuestos
como en el top manta y teniendo para sus actuaciones violentas el
chantaje del racismo y la xenofobia, con el que desarma a las víctimas
para ser llevadas a su holocausto.

Los inmigrantes ilegales –marroquíes, argelinos y negros africanos de
diversas nacionalidades subsaharianas, todos bajo el elemento común del
islamismo- son la infantería; el Estado Mayor de la invasión está en
Moncloa con comandos específicos en las sedes de PSOE y Podemos, con una
red capilar de instituciones, servicios sociales, ONG, Agencia Española
de Cooperación Internacional como grupos de élite de la invasión.

Las Fuerzas destinadas por la sociedad a mantener la seguridad de las
fronteras y el orden público interior, Cuerpo Nacional de Policía y
Guardia Civil, han sido desactivadas y situadas en la posición de
participar en una farsa. Así, el Cuerpo Nacional de Policía entrega
órdenes de expulsión al tiempo que pone en la calle a los invasores, a
los que paga el billete de autobús para que se desperdiguen por España,
y la Guardia Civil tiene que escenificar su propia inoperancia,
desbordada en las vallas. Las familias de los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad están en peligro, pero las órdenes y protocolos son de desarme.



El Ejército está fuera de combate y desarmado, si bien unidades de la
Marina colaboran con el invasor, al igual que Salvamento Marítimo.

La izquierda es una fuerza mercenaria, cipaya, que actúa por dinero, con
sus estructuras partidarias instaladas en el Presupuesto, ante el
fracaso de sus ideas primigenias.


Ana Rosa Quintana. /Foto: lavanguardia.com.
El aparato de propaganda de la invasión son los medios de comunicación
del establishment. Las consignas han sido variadas y mutantes pero
siempre con el objetivo de favorecer la invasión:

Vienen a pagar nuestras pensiones
Van a resolver nuestro problema de natalidad (como dice Matteo Salvini:
“más bebés italianos y menos inmigrantes”)
Se trata de “refugiados”
Es una cuestión humanitaria.
El Mediterráneo es un cementerio.
La última estrategia propagandística es tratar de impedir la alarma de
las sociedades estableciendo, contra la evidencia, que el flujo
migratorio ha decrecido, lo cual es verdaderamente hipócrita en quienes
defienden una Europa sin fronteras y una inmigración ilegal irrestricta,
para los que lo bueno sería que el flujo se incrementara. Es notorio que
estamos ante un proceso invasivo acumulativo: las nuevas levas se añaden
a las anteriores y el flujo es constante. Como es preciso, con la mayor
rapidez posible, traer al mayor número, incluso se están repatriando,
con cargo al erario público, a los yihadistas y sus familias que
marcharon a Siria.




Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. /Foto: lavanguardia.com.
En todos los tiempos pretéritos, quien abría las puertas de la ciudad o
colaboraba con el enemigo era tenido por traidor y sobre él caía la pena
máxima. Esta invasión no es posible sin la alta traición del PSOE y
Podemos, que son traidores, y como tal deberán ser juzgados.

Lo que está sucediendo ahora es que al haberse cerrado a la invasión el
frente italiano, el flanco más débil ha pasado a ser España, por donde
se está produciendo la invasión.

No se trata, obviamente, de un proceso exclusivamente español, sino que
se pretende invadir toda Europa, y en algunas naciones, especialmente
infectadas de la socialdemocracia traidora como Suecia, ya se ha conseguido,


George Soros con el borracho Jean-Claude Juncker. /Foto: gettyimages.co.uk
El comando táctico de la invasión en España está en Moncloa, pero el
comando estratégico está en la Unión Europea, en la Comisión Europea con
el borracho Jean-Claude Juncker. El comandante en jefe es George Soros,
quien destina ingentes cantidades de dinero a comprar voluntades y
alimentar los aparatos de propaganda. El objetivo es acabar con la
civilización occidental judeo cristiana y acabar físicamente con la raza
autóctona.

La sumisión de Pedro Sánchez al plan invasor genocida fue escenificada
en la reunión secreta mantenida en La Moncloa con George Soros, de donde
salió la decisión de nombrar al frente de RTVE a personas de su estricta
obediencia, que no llegó a culminarse, y la conversión del territorio
español es un gran centro de concentración de invasores al servicio de
la gran Alemania de Ángela Merkel.


Ángela Merkel, financia a asesinos de alemanes. /Foto: elplural.com.
La evidencia de que se trata de una invasión es que todo el proceso no
tiene ninguna relación con el mercado de trabajo –España tiene una
elevada tasa de paro- ni relación alguna con el desarrollo de la
economía, salvo como lastre. Se trata de levas de personal sin
preparación alguna, quienes directamente se incorporan al mercado negro
de la venta ambulante –top manta-, al tráfico de drogas, al delito
–multiplicándose la población reclusa extranjera- y al parasitismo de
las ayudas sociales, hasta el punto de que hacia los invasores van
fondos que se retrae de la población autóctona a exterminar. La
población sudamericana, que ha pasado a estar también amenazada, sí
tiene una relación con el mercado de trabajo. Los invasores presentan
una gran cohesión interna pues se trata de musulmanes: en los albergues
alemanes, las minorías cristiana y yazidí siguen siendo perseguidas.


Alice Weidel. /Foto: ramblalibre.com.
Las sociedades europeas han generado focos de resistencia con partidos
identitarios cuya importancia ha ido creciendo; ellos son la esperanza
de cara a las elecciones de mayo de 2019; también la rebelión cívica de
las clases medias, pues la invasión precisa de ingentes cantidades de
dinero público sustraído a los contribuyentes situados en la posición de
víctimas.

Estamos ante una invasión, en el horizonte de una guerra muy cruenta,
que puede ser evitada si hay una reacción firme y decidida de las
poblaciones en un general rearme moral.

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